LADY LÓPEZ ZEPEDA
( MÉXICO )
México,29 de abril de 1956.
Poeta e novelista.
Moderadora do grupo literario El Fausto.
Faz parte da Asociación Poetas del Mundo.
TEXTOS EN ESPAÑOL – TEXTOS EM PORTUGUÊS
BENDITO SEA TU CUERPO. Resumen del 1er Concurso Mundial de Poesia Erótica – Perú, 2007. Compilador: José Guillermo Vargas. Lima, Peru: Ediciones Ventana Andina, 2008. 358 p.
15 x 21 cm. No. 10 735 Ex. biblioteca de Antonio Miranda
CICATRIZ
Tus manos abren mi cicatriz,
labirinto de tentaciones
y ovillo de tu lengua
(aquel rastro que dibuja el abismo em mi piel).
Herida imborrable, perenne,
que sutura al enredo de las horas,
costura fugaz y leve,
huella que se abre después de la cópula,
al despuntar la noche, en tus latidos.
EN EL CERROJO
En el cerrojo de tu piel está mi llanto,
cicatriz de mi desventura y de mis ansias.
te has preguntado, ¿por que sollozo
si las aves hicieron del día la primavera?
Guardo la distancia del abismo,
la mortaja de tus labios,
tu sudor acorazado,
la incertidumbre de tus besos.
Me voy para olvidar la clave del armario
y convalecer a solas mientras llueve.
¿No entiendes que la noche
es un largo camino cercado por el fuego?
Dime, ¿acaso no escuchas un llanto en el cerrojo?
EL CONJURO DE LA NOCHE
I
conjuro de la noche / La noche está de mi lado: es la noche de la
Magia. La luna nunca al centro del cenit asediada por un ejército de|
estrellas, sopla el viento del oriente, sube el canto del cenzontle.
Huele a musgo, incienso, sal y yerba. Huele a ti.
II
La noche está de mi lado y no me falta nada. Olfateo al lobo con
sus ojos tibios, al acecho de mi alma corrompida. Llueve en el
desierto jade, ámbar y un corazón en la garganta. Es la hora del
ensueño, es la hora del olvido.
III
La noche está de mi lado, luz y sombra la acompañan; Cardo o
ceniza bajo la luna clara, a la sombra del árbol. Destierro el vestido
blanco de mi cuerpo dividido, desabrocho mi piel y unto rosas,
sándalo y miel. Es la noche del presagio, es la hora del conjuro.
Arribo a tu voz sin viento,
surco en tus ojos, fuera de todo titubeo,
osculo en tu mirada sin huellas de vacío,
palomas tu pupilas,
luna menguante,
néctar tu boca,
fuego nuevo,
sol creciente…
detengo este instante para que nadie nos vea.
Me pierdo en ti. Bajo tu piel germinan las caricias alcalinas,
advierto sen tu océano la quietud del silencio,
me apodero de tu cuerpo —lluvia clara, rancia y muda—,
soy tus manos, soy la luz, soy tu ausencia,
deshojo tus ramas que anuncian sueños compartidos.
Amanece, que no quede duda:
desperté en ti.
TIEMBLO EN TI
Tomarte es como volver a la patria después del exilio
o como descorrer el manto de la luna para alumbrar a las tinieblas.
Me gustas palmo a palmo
y mis manos son golondrinas
que anidan en el cántaro de la piel
Y así me poso en tus recuerdos,
junto al polvo acumulado en cada trazo.
Desciendo a tus ojos como pájaro en fuga
y en ti soy bosque, aire. Venus y lluvia de tu deseo.
Soy como el fuego que code al conjuro
para escapar de los signos y entrar a tus recuerdos.
Deshilo tus pupilas como si fueran margaritas
y me desnudo ante ti y soy todos los peces
en el profundo mar de tu sexo.
Cuerpo a cuerpo, en agonía,
nombramos el paisaje y estás tu
como nube bajo mis faldas,
entregado al amor,
besando el silencio de mis labios.
Cato vino para embriagarme
hasta perderme en la tibieza de tus brazos
y volver asida a la tierra.
Rezo una plegaria junto al río
porque quiero incendiar todos los puertos de tu carne,
territorio húmedo de cerezas.
Tiemblo de ti,
proclamo tu nombre cuando desabotonas mi túnica
y cuando la abres escapan dos palomas callan tus palabras.
Hueles a soledad al temblor de mis muslos
y puedo palpar la anatomía de tu sombra,
y entonces gozo, sudo y goteo lágrimas blancas.
Al final, te das como toro salvaje
que se extingue en la pequeña muerte.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de ANTONIO MIRANDA
CICATRIZ
Tuas mãos abrem minha cicatriz,
labirinto de tentações
e bola de lã de tua língua
(aquele rastro que desenha o abismo em minha pele).
Querida indelével, perene,
que sutura o enredo das horas,
costura fugaz e leve,
impressão digital que se abre depois da cópula,
ao cegar a noite, em teu pulsar.
NO FERROLHO
No ferrolho de tua pele está meu pranto,
cicatriz de minha desventura e de minhas ânsias.
eu te preguntei, por quê soluço
se as aves fizeram do dia a primavera?
Conservo a distância do abismo,
a encaixe de teus lábios,
teu suor encouraçado,
a insegurança de teus beijos.
Saio para olvidar a chave do armário
e convalescer sozinha enquanto chove.
Não entendes que a noite
é um longo caminho cercado pelo fogo?
Diga-me, por acaso não escutas um pranto na fechadura?
O ENCANTAMENTO DA NOITE
I
feitiço da noite / A noite está do meu lado: é a noite da
Magia. A lua nunca no centro do zênite assediada por um exército
de estrelas, sopra o vento do oriente, cresce o canto do cenzontle.
Cheiro de musgo, incenso, sal e grama. Cheira como tu.
II
A noite está do meu lado e não me falta nada. Olfateio o lobo com
seus olhos mornos, ao alcance de minha alma corrompida. Chove no
deserto jade, âmbar e um coração na garganta. É a hora do
devaneio, a hora do olvido.
I
A noite está no meu lado, luz e sombra a acompanha.; Cardo ou
cinza debaixo da lua clara, à sombra da árvore. Elimino o vestido
branco de meu corpo dividido, desabrocho minha pele e junto rosas, sândalo e mel. É a noite do presságio, é a hora do feitiço.
Chego à tua voz sem vento,
sulco em teus olhos, fora de todo titubeio,
esfrego em tal mirada sem rastros de vazío,
pombas tuas pupilas,
lua minguante,
néctar tua boca,
fogo novo,
sol crescente…
detenho este instante para que ninguém nos veja.
Perco-me em ti. Sob tua pele germinam as carícias alcalinas,
aviso em teu oceano a quietude do silêncio,
me apodero de teu corpo —chuva clara, rançosa e muda—,
sou tuas mãos, sou a luz, sou tua ausência,
desfolheio teus ramos que anunciam sonhos compartilhados.
Amanhece, que não reste dúvida:
despertei em ti.
TREMO EM TI
Tomar-te é como regressar à pátria depois do exílio
ou como deslocar o manto da lua para alumbrar as trevas.
Me agradas palmo a palmo
e minhas mãos são andorinhas
que aninham no cântaro da pele
E assim pouso em tuas lembranças,
junto ao pó acumulado em cada traço.
Descendo aos teus olhos como pássaro em fuga
e em ti sou bosque, ar. Vênus e chuva de teu desejo.
Sou como o fogo que acode ao feitiço
para escapar dos signos e entrar em tua lembrança.
Desvelo tuas pupilas como se fossem margaridas
e me desnudo diante de ti e sou todos os peixes
no profundo mar de teu sexo.
Corpo a corpo, em agonia,
nomeamos a paisagem e estás tu
como nuvem sob minhas saias,
entregue ao amor,
beijando o silêncio de meus lábios.
Busco vinho para embriagar-me
até perder- me na tibieza de teus braços
e voltar ligada à terra.
Rezo uma prece junto ao rio
porque quero incendiar todos os portos de tua carne,
território úmido de cerejas.
Tremo por ti,
proclamo teu nome quando desabotoas minha túnica
e quando a abres escapam duas pombas calam tuas palavras.
Cheiras como a solidão ao tremor de meus músculos
e posso apalpar a anatomia de tua sombra,
E então gozo, suo e gotejo lágrimas brancas.
No final, te das como touro salvagem
que se extingue na pequena morte.
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Página publicada em janeiro de 2024.
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